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La iglesia de San Miguel

Consagrada al Arcángel San Miguel, es la edificación religiosa más importante de la localidad. De sólida construcción y rica en retablos dorados y ostentosos, está enclavada en el centro de la población, resguardada por una peña. De estilo gótico-renacentista, fue construida durante el siglo XVI, aunque hay varias etapas constructivas y que se prolongaron hasta principios del siglo XVIII.

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Esta iglesia gótico-renacentista cuenta con una única y amplia nave de cuatro tramos, con capillas laterales entre los contrafuertes comunicadas entre sí por arcos de medio punto; cabecera poligonal y coro alto a los pies, todo ello cubierto con bóvedas estrelladas de complicado diseño, sobre soportes muy variados, consecuencia de los cambios de estilo que se produjeron durante el amplio período en el que se desarrollaron las obras.

Las armas de los patronos de la iglesia, condes de Lodosa y Altamira, se reproducen en lo alto de todos los pilares cilíndricos sobre pequeños escudos del siglo XVI.

El aspecto exterior de la parroquia es monumental, destacándose los distintos volúmenes que presenta: la cabecera poligonal jalonada por gruesos contrafuertes y la larga nave de la que sobresale levemente el crucero. Por su altura cabe mencionar la torre situada a los pies, en contraste con la horizontalidad de la sacristía. Las tres portadas existentes responden a un mismo esquema: arco de medio punto moldurado sobre pilastras toscanas donde apoya el frontón curvo y moldurado del remate, y sobre éste, cruz central entre bolas.

La parroquia alberga un rico conjunto de retablos de los siglos XVII y XVIII. Los más antiguos son los de San Esteban y el Crucificado, de estilo romanista de comienzos del siglo XVII. Los retablos de San Antonio y del Rosario, de estilo barroco, son de comienzos del siglo XVIII. Del retablo del Rosario destacan las figuras rococó de San Joaquín y Santa Ana. También son del siglo XVIII los retablos barrocos de San Francisco Javier y San Ramón Nonato.

Cabe destacar, tanto por su estructura como por su decoración, el monumental retablo mayor dedicado a San Miguel, que ocupa la cabecera adaptándose a su forma pentagonal. De estilo rococó, la profusa decoración y el enriquecimiento de columnas, entablamentos y pedestales, lo relaciona con la moda francesa del momento. Igualmente es muy rica la iconografía que en él se representa. Sobre el Sagrario del siglo XVIII se alza el templete abierto formado por columnas salomónicas que cobija la imagen de la Virgen de las Angustias, del siglo XVI, patrona de la localidad.

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La orfebrería también tiene su importancia ya que reúne un buen número de piezas de variada procedencia y cronología: una arqueta relicario de estilo barroco fechada en 1724; un cáliz de plata dorada de estilo rococó de la segunda mitad del siglo XVIII y otro posterior, del siglo XIX, de plata con la copa dorada. También se conservan numerosos relicarios, siendo el más antiguo el dedicado a Santa Cristina y San Sebastián, de la primera mitad del siglo XVII.

En una de las tribunas laterales del coro, en la del lado del Evangelio, se sitúa el órgano con caja neoclásica, realizado hacia 1796 y formado por pilastras acanaladas de capitel compuesto donde apoya un friso decorativo que a su vez sostiene el ático de machones y remate de frontón triangular.

El coro se levanta a los pies del templo sobre un arco rebajado y bóveda de medio cañón con lunetas, y se prolonga lateralmente formando tribunas que apoyan sobre arcos rebajados.

En la sacristía se conservan algunas piezas de mobiliario dignas de mención, como la cajonería barroca de comienzos del siglo XVIII; un pequeño armario empotrado de puertas de madera con decoración de motivos geométricos propios de comienzos del siglo XVII, y otro armario, este exento, de estilo rococó, de la segunda mitad del siglo XVIII.

fuente: www.lodosa.es

Ermita

Son numerosas las ermitas que en un tiempo pertenecían a Lodosa, si bien la mayoría no se conservan en la actualidad.

Dentro de este amplio grupo se encuentra la ermita de la Virgen de las Angustias, de 1682, la de Vera Cruz, de 1771, y la ermita de San Blas, de 1726.

Permanecen de pie, dentro del casco urbano, la ermita de Nuestra Señora de Monserrat, el Calvario (1937) y las Tres Marías (1940), y a corta distancia del caserío, la ermita de San Emeterio y San Celedonio, en pleno regadío, donde también se venera a San Gregorio.

La ermita de Nuestra Señora de Monserrat se comenzó a construir en 1759, y hasta hace poco tiempo servía de iglesia al hospital de las Hijas de San Vicente. Presenta planta de cruz latina dividida en cinco tramos, con cabecera y brazos del crucero rectos, cubiertos con bóvedas de cañón con lunetas, y la parte central del crucero con bóveda octogonal gallonada. La imagen titular de la Virgen es barroca, del siglo XVII, al igual que la de San Emeterio y San Celedonio.

Esta última ermita tiene una única nave y dos brazos laterales con cubierta en artesa, presididas por las imágenes de los santos titulares, Emeterio y Celedonio, del siglo XVII y otro más pequeña de San Gregorio Ostiense, del siglo XVIII.

 

fuente: www.lodosa.es